Por Manuel Girón
En las sociedades antiguas, la familia era un núcleo que, de alguna manera, constituía la sociedad. Cumplía roles educativos, económicos, religiosos, recreacionales, morales, éticos, entre otros. Pero, al analizar el panorama actual, vemos que la familia ha perdido esos roles. Entonces, ¿quién se hace cargo? Los roles y estereotipos han sido deconstruidos; nos encontramos con una sociedad “adolescentista”, que es una tendencia de prolongar la adolescencia a la edad adulta, con el fin de acabar con las estructuras tradicionales de la familia, generando una inversión de roles. Los adultos ya no tienen un liderazgo intelectual que pueda ser transmitido a los más jóvenes.
El ambientalismo, feminismo, veganismo, indigenismo, transgenerismo, movimientos New Age, secularismos varios, ¡Esto es progresismo para ellos! Y, ¿quiénes son ellos? Estas son personas que celebran un pensamiento contrario a lo que Dios establece en su Palabra; un decadente moderno que define a la moral como relativa, siendo desechada y ultrajada por dichos principios.
En estas líneas hago énfasis en una inquietud, un mensaje que destapa la realidad para que la verdad sea conocida. Muchos piensan que sumergirse en la realidad de hoy es un total absurdo o una cosa descabellada, que pronunciar convicciones cristianas es un “discurso de odio”. Pasan los años y la historia es muy clara, muestra los diferentes pensamientos que dan lugar a “tú decides qué ser, eres un constructor social, tu autopercepción puede cambiar tu realidad”: un pensamiento ilógico.
La familia como institución fundamental de la sociedad ha sido establecida por Dios como lo expresa en su Palabra: Hombre y mujer Dios los creó con el fin de establecer a la humanidad en el planeta tierra para que adoren al Creador; en Génesis 1:26-28 se indica cómo Dios crea a imagen y semejanza al hombre y a la mujer para que señorearan y fructificaran a la humanidad. En la antropología bíblica, imagen es el carácter moral de Dios y semejanza, la autoridad y gobernabilidad que Dios le da al ser humano para cuidar y dirigir la tierra. Desde el principio fue constituido el plan divino de Dios para con nosotros y luego, el hombre comete pecado al desobedecer a Dios en el huerto del Edén —una conversación amena que sostuvo Eva con la serpiente antigua y allí le sedujo para que cometiera dicho acto de desobediencia— (Génesis 3), impactando ferozmente con el plan establecido por Dios, donde el ser humano se desliga de su Gloria, convirtiéndose en un ser caído.
La historia nos muestra el funcionamiento de los diferentes tipos de sistemas políticos y su intención de poder ser influyentes en las diferentes sociedades. Los poderosos del mundo han manifestado su intención de dar dominio a través de esquemas políticos multilaterales utilizando ideologías políticas, indigenistas, de género; en fin, toda una agenda globalista que han inyectado en los países desarrollados y subdesarrollados (países del tercer mundo).
En el siglo XIX, referentes teóricos dieron sus aportes al avance de una ideología capaz de destronar del poder a la burguesía y es el Socialismo Científico de Karl Marx y Friedrich Engels. El materialismo histórico afirma que todo es materia (no existe lo inmaterial) y, pese a esto, el ser humano solo es un ser material que razona y participa en la sociedad. Su plan era introducir las bondades científicas al estudio de las sociedades y hacer frente a la fantasía utópica de sus antecesores: Saint-Simon, Owen, Fourier, entre otros, y darle una guía científica al socialismo para la construcción de la revolución. El manifiesto comunista es una obra que refuta las ideas utópicas. Más adelante, daría a luz la Revolución Rusa con el esquema marxista sin clases sociales/sin estado; de igual manera, tan utópica como lo refutado anteriormente. Con lo científico, tratarían de estudiar el curso de la historia y poder predecir las transformaciones sociales e implementar las condiciones revolucionarias. Pero esto solo vino a cambiar la mentalidad de la humanidad, una ideología que pretende establecer un patrón que destituya a la ideología dominante.
Más adelante, cae el muro de Berlín en el año 1989 y, sucesivamente, la Revolución Soviética. Los socialistas traen una nueva visión post-marxista porque se dieron cuenta de que la dialéctica de lucha de clases y el proletariado debía cambiar porque no estaba dando resultados. El post-marxismo dio un giro grande y propuso dar inclusión a lo igualitario, una sociedad comprendida por diferentes puntos de vista, cultura y visión sexual (revolución sexual).
En el siglo pasado, pensadores como Nietzsche, Freud, Sartre, Camus, fueron responsables de crear nuevas visiones filosóficas que introdujeron al mundo una forma de pensar alejada de la cosmovisión cristiana. El existencialismo, corriente filosófica que niega toda predestinación humana y defiende que el ser humano es responsable de sí mismo y dueño de su destino; también afirma que el ser humano es un constructor social (si soy hombre o mujer, es porque la sociedad lo ha definido así, entonces mi autopercepción puede cambiar mi realidad); también, según esto, tienes la responsabilidad de ser feliz y darle sentido a tu vida. Más tarde, la filósofa, escritora y feminista Simone de Beauvoir, escribe su libro más importante «El segundo sexo», obra que sería ícono de la lucha feminista del siglo pasado. Su célebre frase «la mujer no nace, se hace», es emblema para la corriente feminista radical.
La nueva izquierda no asesina a la comunidad homosexual, sino que la incluye en sus agendas. Es contradictorio porque los comunistas enviaban a los homosexuales a los campos de concentración y los mataban. Las feministas de ahora y los seguidores de la ideología de género usan camisetas del Che Guevara (es irónico porque el Che odiaba a los homosexuales).
Con esta afirmación, no pretendo decir que la izquierda es la creadora de la ideología de género. Existe un sistema supranacional que no es ni de derecha ni de izquierda, sino que utiliza dichos sistemas políticos para impulsar una agenda globalista: desmoralizar y deconstruir a la sociedad y luego, construirle un pensamiento destructivo contrario al pensamiento cristiano que defiende el patrón establecido por Dios «hombre y mujer los creó».
Si partimos de la premisa de Marx «la religión es el opio de la sociedad», quiere decir que la religión es como una droga que mantiene a las personas dopadas y por ello, deben destruir todo pensamiento que apruebe la existencia de Dios. El cristianismo apoya a la familia, a la vida en todas sus facetas desde la concepción hasta su culminación, el género hombre y mujer, la propiedad privada, el no robar; esto, sin duda alguna, es una barrera para sus formas de gobernar.
El aborto como mecanismo de reducción poblacional
El aborto, per se, es un mecanismo que obstruye la vida de un ser humano que ha sido concebido. Es una herramienta asesina implementada con el fin de tener un control demográfico natal en el mundo. Es un problema moral, de conciencia social y humana; no es un derecho, es un asesinato tajante y deliberado, sangriento y feroz ¡Esa es su descripción!
En el siglo XX, una mujer llamada Margaret Sanger se convierte en activista feminista y crea La Liga Estadounidense para el Control de la Natalidad (American Birth Control League), que más tarde se transformaría en Planned Parenthood Federation of America en 1942. Tuvo cercanía con el movimiento eugenésico estadounidense en 1920. Cabe destacar que la eugenesia es el estudio y la aplicación de las leyes biológicas de la herencia aplicada y direccionada al perfeccionamiento de la raza humana, practicada luego por los nazis. Esta activista vendió una idea al mundo y hoy podemos ver germinar sus pensamientos: «La mujer tiene el derecho de tener o no al bebé», enfatizaba Margaret. Tuvo gran impacto en la sociedad estadounidense y mundialmente, se han venido abriendo clínicas abortivas con el fin de controlar la natalidad como plan estratégico del grupo globalista.
Es importante hacer acotación a una realidad: La vida empieza desde la concepción, cuando dos gametos se fusionan (singamia), donde se crea un individuo con un genoma derivado de ambos progenitores; desde aquí empieza la vida. Nadie tiene el derecho de decidir abortar; en consecuencia, la vida de la criatura en nacer no depende de las circunstancias de los padres o de la sociedad, la dignidad no debe ser sujeta a la autopercepción humana. Según la filósofa argentina Roxana Kreimer, el embrión no es un ser sintiente y por lo tanto no importa si se aborta, ya que aún no es individuo.
La vida y la muerte las decide Dios. En 1 Samuel 2:6 dice: El Señor da muerte y da vida; hace bajar al Seol y hace subir; con esto podemos deducir que nadie puede quitar la vida, no es un derecho personal el decidir asesinar a un ser humano, no está sujeto a ideas individuales ni grupales. Solo Dios decide quitar y dar vida.
Mutilación y hormonización en las personas de cualquier edad
En la sociedad se ha venido enseñando sobre este tema. Una idea que tiene como fin el construirle al individuo un sentir que se le parezca a su autopercepción de ser mujer u hombre a través de hormonas que permitirán una evolución de sentires y rasgos que al final será un fracaso total, ya que, de igual forma, al hombre le seguirá creciendo vello púbico, las mujeres seguirán teniendo hormonas femeninas, menstruación y sentimientos exclusivos de la mujer. Las hormonas no cambiarán la realidad hombre/mujer. Adaptar el cuerpo a la percepción a través de la mutilación y hormonas no sería una forma de liberación, es una esclavitud que en un futuro tendrá sus propias consecuencias, ya que estas no darán solución al desorden de identidad que tienen algunas personas.
Empresas farmacéuticas han fabricado productos hormonales que son implementados en niños que quieren o les obligan a ser niñas, o niñas a ser niños. La farmacéutica AbbVie, productora de Lupron, que es un fármaco hormonal, obtuvo US$783 millones de ganancias en 2021. A la disposición de cualquier persona o niño, este producto puede cambiar y afectar la vida de aquellos que lo utilicen. En Estados Unidos se ha agravado el tema, ya que el producto ha traído consecuencias negativas al utilizarlo.
Una educación que resalte los principios cristianos es fundamental para que una sociedad crezca en conocimientos sanos, donde aceptarse tal y como Dios les creó, siendo hombre y mujer, sea respetado.
Deconstrucción de la identidad sexual y su contraste ideológico
Han propuesto diferentes tipos de géneros empezando a verse explícitos en la sociedad moderna, donde las personas han perdido esa identidad del diseño original creado por Dios. La disparidad del asunto se ha visto implícita en comunidades que han sido afectadas por distintos problemas, como el rechazo, discriminación, abuso sexual, familias disfuncionales, problemas de drogadicción, familias sin una vida agradable a Dios, familias con creencias paganas; si resumimos todo, llegamos al factor clave y es el pecado.
La sociedad vive alejada de Dios y, por ende, se deja manipular por las nuevas corrientes del pensamiento. La libertad manipulada por un discurso planificado y construido con el fin de distorsionar el concepto de identidad sexual de las personas con una amplia política de género impuesta a como dé lugar por medios, redes sociales, publicidad, películas infantiles, educación, museos, arte, música, entre otros; mostrando así su forma de penetrar en la mente del individuo débil y frágil, generando lo que se llama la hipercomunicación e infocracia, como diría Byung-Chul Han.
El Bigénero, transexual, binarias, semifemenino y semimasculino, agénero, género fluido (personas que se definen como una mezcla dinámica entre los dos géneros), transespecies sosexuales (ni su anatomía ni su morfología define su especie animal, otherkin); una infinidad de géneros falsos que han sido constituidos por esta agenda.
Judith Butler, una activista feminista y escritora del libro «El género en disputa», enfatiza: «hasta que no podamos disolver la identidad sexual del individuo, no se emancipará de la dictadura de la naturaleza y se dará cuenta de la completa libertad de elección de la habilidad de reinventarse a sí mismo en cualquier momento». Quiere decir que el género hombre y mujer es una dictadura natural y que las personas tienen el derecho de elegir cuantas veces quiera su género. Libertad le llaman el poder autopercibirse a sí mismo.
¿Por qué el cristianismo es una barrera para la agenda globalista?
Los principios enseñados en la Palabra de Dios son antagonistas a lo que el mundo enseña. El pecado ha traído consecuencias a la humanidad y las ideas generadas por la mente están infectadas de este; la realidad es que Dios estableció que todo fuera de Él es pecado y esto es chocante para aquellos que lideran en estos círculos de poder porque sus obras son infructuosas.