El 2020 cerró en Argentina con una noticia nefasta contra la vida y es la legalidad en la interrupción de embarazos. El Senado de ese país aprobó el proyecto de ley con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, mientras que en las calles miles de mujeres del movimiento feminista esperaban ansiosas, desde la madrugada del 30 de diciembre, la resolución.
La nueva ley obliga a las entidades de salud a ejecutar los abortos aun si algún personal médico se declare en objeción de conciencia. Es así como Argentina se une a Uruguay, Cuba, Guyana, Guayana Francesa, Puerto Rico y México como las naciones que hasta el momento en Latinoamérica avalan el aborto sin importar la causal de embarazo. Aquí te contamos tres claves por las que en esta ocasión sí se determinó aceptar este proyecto de ley:
- LA INFLUENCIA DEL PRESIDENTE
Desde que llegó Alberto Fernández las medidas progresistas y de izquierda han sido notorias. Este año históricamente el proyecto no vino de un partido de oposición, sino que fue el mismo presidente quien propuso la norma, argumentando que la criminalización del aborto de nada ha servido y solo ha permitido que se realicen clandestinamente en grandes cifras.
Otro dato importante en el apoyo a esta nueva legalidad tiene que ver con el impulso que dio Cristina Kirchner, vicepresidenta del gobierno, quien antes se oponía al aborto y ahora cambió su postura.
- LA FUERZA DEL MOVIMIENTO FEMINISTA
En la última década, el feminismo argentino ha tomado una fuerza descomunal debido a su éxito en campañas en redes como por ejemplo la de Ni una menos, un movimiento en contra de la violencia y feminicidios, que dieron pie a la creación de asambleas que se transformaron en un movimiento político heterogéneo importante. Precisamente la despenalización del aborto siempre fue un tema de debate y en simbolismo de lucha feminista lanzaron la Marea Verde, para fungir como “víctimas de este flagelo”
- CAMBIO HISTÓRICO EN LA OPINIÓN DE LOS LEGISLADORES
En los últimos 20 años, la legalización del aborto ya había sido contemplada por el poder legislativo argentino en ocho oportunidades y siempre se sobrepuso el no a reformar la norma establecida desde 1920, que permitía la interrupción del embarazo solamente con causal de violación o en peligro de muerte de la madre.
Sin embargo, lo histórico del caso es que el mismo congreso que en 2018 dio la negativa ahora cambió la mentalidad, como por ejemplo los legisladores del lado de Cristina Kirchner, quien ahora da su voto a favor, según porque se dejó persuadir de su hija.
La opinión pública también causó la inclinación en la balanza, pues según un estudio publicado en noviembre por Ipsos, la población argentina aumentó su tendencia de aprobación al aborto en el último semestre de 64% a 75%.