Los entornos modernos presentan muchos factores que ponen a las personas en riesgo de tener obesidad o sobrepeso. Las rutinas, las particularidades del teletrabajo y el limitado acceso a espacios para realizar alguna actividad física hacen que muchas personas hayan desistido de sus propósitos en el 2021. No obstante, el inicio de un nuevo periodo representa la oportunidad ideal para hacer un cambio en el estilo de vida y velar por hacer realidad estos propósitos, entre los cuales se encuentran adelgazar, mantener una alimentación balanceada y hacer ejercicio.
Teniendo en cuenta lo anterior, expertos comparten 4 claves para comenzar el año de manera más saludable.
1. Informarse sobre los indicadores relacionados con sobrepeso y obesidad
A pesar de ser un tema común, y que existe amplia bibliografía al respecto, aún existe mucho desconocimiento con respecto al sobrepeso y la obesidad. La solución que plantean los expertos es informarse bien y entender bien su estado de salud, antes de optar por algún camino específico. Según la Dra. Sandra Núñez, vocera de La Verdad de su Peso, el primer paso es informarse adecuadamente sobre su condición y para ello existen plataformas especializadas como La Verdad de su Peso, que busca generar conciencia sobre los hábitos de alimentación y todo lo que genera el exceder los límites del peso.
Justamente a través de la página web de la campaña, los usuarios pueden calcular el índice de Masa Corporal (IMC), un número que se calcula según el peso y la estatura del paciente. “Para la mayoría de las personas, el IMC es un indicador confiable de posible sobre peso y obesidad y se usa para identificar las categorías de peso que pueden llevar a problemas de salud”, especifica el Centro para el Control y la Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos.
Si bien todas estas plataformas son útiles para informarse, la Dra. Núñez invita a aquellos que tienen dudas sobre su peso a consultar con su médico, quien podrá guiarlo adecuadamente sobre los pasos a seguir para emprender un proceso de pérdida de peso.
2. Retomar hábitos saludables
Según el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra, España, los hábitos saludables son aquellas conductas que se asumen como propias en la vida y que pueden incidir de forma positiva o negativa en el bienestar físico, mental y social. De igual manera, juegan un papel fundamental en la salud y la prevención de enfermedades, especialmente cuando se incorporan como conductas frecuentes en la vida de las personas (1).
Algunos de los hábitos saludables que quieren adquirir muchas personas tienen que ver con seguir una dieta saludable y realizar ejercicio físico de forma regular, no obstante establecer un hábito es uno de los mayores desafíos para aquellos que quieren emprender un proceso de pérdida de peso. A pesar de ello, sí es posible establecer un plan para incorporar estas rutinas en el año que comienza.
3. Una alimentación equilibrada y dieta saludable
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el objetivo de seguir una dieta equilibrada es conseguir un balance entre la ingesta de alimentos y el gasto energético o calórico, para mantener un peso corporal adecuado. La misma entidad estableció una guía alimentaria, que incluye una serie de recomendaciones para hacer del “comer bien”, un hábito presente en la mesa de los colombianos (2).
- Consumir alimentos frescos y variados.
- Incluir frutas enteras y verduras frescas en todas las comidas. Lo recomendable es incluir 5 porciones de estos alimentos durante el día.
- Consumir leguminosas (frijol, lenteja, arveja y garbanzo) dos veces por semana.
- Reducir el consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, comida rápida y bebidas azucaradas.
- Reducir el consumo de sal y alimentos con alto contenido de sodio.
- Sustituir las grasas de origen animal pro el consumo de grasas de origen vegetal, como el aguacate, maní o nueces.
4. Actividad física constante
Según la Asociación Colombiana de Endocrinología, realizar actividad física de manera regular puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades graves como la hipertensión, cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, algunos tipos de cáncer (mama, colon) y depresión (3).
La actividad física es fundamental, pues previene el sedentarismo, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) está asociado con los deficientes resultados de salud a nivel mundial y está asociado con una disminución en la calidad y expectativa de vida de las personas. A nivel mundial, la entidad calcula que el 81% de los adolescentes de 11 a 17 años no desarrollaban un nivel suficiente de actividad física para 2016 (4).
Las recomendaciones generales tanto de la OMS son realizar 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa para las personas más jóvenes, mientras que en las personas adultas las recomendaciones de actividad física se reducen a 150 minutos semanales de intensidad moderada o 75 minutos semanales de intensidad vigorosa. Entre estas actividades se destacan caminar, correr, andar en bicicleta y realizar deportes de equipo, principalmente (5).