Sin duda alguna, lo que nos pone a pensar una vez empieza el mes es cómo suplir los gastos, pero sobre todo cómo distribuir nuestros ingresos en todos los 30 días. Para quienes reciben dinero quincenalmente quizá se les haga más fácil, pero cuando tu sueldo es mensual se torna más dificultoso llegar a fin de mes con dinero en tu bolsillo.
En Generación Nueva te enseñamos cuatro aspectos que como hijo de Dios debes tener en cuenta a la hora de distribuir tu dinero:
- Aparta tu diezmo: Bien sabemos que aunque este hace parte de la ley en el Antiguo Testamento, cuando apartas primeramente lo que a Dios dispones dar de corazón, él bendecirá y protegerá tus finanzas, porque él es fiel con el dador alegre.
- Gastos de la casa: Siguiendo las prioridades, los gastos mensuales del hogar son los más importantes. Aquí hay que tener en cuenta los gastos del estudio de tus hijos, servicios públicos, transportes, tarjetas de crédito,etc. Es aquí cuando nos sentiremos con el deber cumplido.
- Deudas debo pagar: una vez sepas que ya no debes nada en tu lista mensual de gastos personales y del hogar, es cuando debemos comenzar a priorizar el pago de nuestras deudas. La palabra de Dios nos guía a no deber, por eso abonar a quien le debemos dinero es lo mejor que puedes hacer antes de disponer para tus gustos. Créeme, el bolsillo te lo va a agradecer.
- Propósito de ahorro: Ahorrar es un hábito de exitosos. Cuando te trazas un plan de ahorro con un propósito específico, tendrás el ánimo de llegar a la meta con la espera de que llegue el día en que puedas disfrutar de tu esfuerzo. Cuando ya haz cumplido con los primeros tres aspectos, ahorra una parte y cóloca al dinero un nombre propio. Por ejemplo, en época de Mundial podrás ahorrar para estar en Rusia, o en su defecto el viaje a ese que tanto haz soñado.